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Sobre Gucy


Cuando era niña mi madre me contaba que manipulaba sus sueños, podía ir donde quería, volaba, comía las cosas más ricas, visitaba castillos, ella era hermosa y así toda la gente en su mundo perfecto, si despertaba se concentraba y volvía a entrar en el mismo sueño. Hoy por primera vez he podido entrar tres veces seguidas en el mismo sueño lúcido en busca de alguien y como no podía encontrarlo, tomé de la mano a un desconocido y lo transformé en mi objeto de búsqueda. Lo que cuando niña me pareció un cuento irreal como los tanto otros inventados para complacerme, ahora parece una realidad que puede ser vivida y experimentada cada noche siempre y cuando sea capaz de entrar.

El cómo entrar se encuentra descrito en diversa literatura, desde libros milenarios de meditación budista de Longchen Rabjampa hasta Stephen Laberge, Carlos Castaneda,  Alejandro Jodorowsky entre muchos en nuestros días. Como toda técnica requiere práctica y concentración, la pregunta ¿estoy soñando o estoy despierto? debe hacerse en estado despierto y dormido, claro que no todo el tiempo resulta. Una de las técnicas consiste en mirarse las manos y hacerse la pregunta, entonces cuando estaba en un sueño lúcido pronto me desperté y estaba en mi cama, me miré las manos y supe que estaba despierta, entonces un tanto enojada de haber perdido mi estado lúcido, me quedé dormida otra vez. Al día siguiente recordé esto y me di cuenta que estaba soñando, era otra habitación, otra cama y otro velador y yo mirando mis manos pensando que era la realidad. Ciertamente nuestra realidad nos engaña y si es un sueño es preferible vivirlo consciente, disfrutando minuto a minuto antes de perder la lucidez.

Mi primer sueño lúcido fue a la edad de 7 años, estábamos de vacaciones en el campo, éramos dos familias, la mía constituida por mi madre, mi hermana, mi hermano, la nana de verano y su hijo. La otra era la de mi tía Luisa, con mis tres primas y un mi primo. Fue un gran verano liderado por mujeres, todo estaba permitido, y como no había nadie más que nosotros, estábamos desnudos nadando en el río y tomando sol, en las noches íbamos a bailar bajo el bosque de pinos, mirando la luna, luego contábamos historias de aparecidos, extraterrestres entre muchas, mientras mi madre nos enseñaba a hacer cigarrillos de hojas de arboles y fumar. Una mañana mientras dormía, desperté pero en el sueño, estaba en una gran sala de espera donde estaban todos los que iban al mundo de los despiertos, entonces cuando era el turno de mi nana, yo le decía "Nana, cuando llegues al otro lado, despiértame" luego la podía oir despierta pero no me despertaba y así pregunté a todos los que iban ingresando al mundo despierto, pero una vez allá olvidaban mi petición. Entonces, sólo quería salir hasta que finalmente desperté por mí misma.

En mi adolescencia recién empecé a controlar en algo mis sueños, este tipo de sueño fueron esporádicos y se dieron espontáneamente mientras soñaba, sin buscarlo de repente me hacía consciente que estaba soñando, entonces lo único que hice fue volar. A veces resultaba excelente, me elevaba majestuosamente como una mujer gaviota, junto con cambiar los paisajes, el planeta y los colores. Sin embargo, muchas veces resultó bastante difícil, sólo podía volar bajito, o con mucho esfuerzo saltaba y me mantenía segundos en el aire, volvía a saltar más alto y me mantenía un poco más, hasta que lo lograba. Otras veces tenía muchos problemas con los cables de la luz, la idea de quedar enredada me asustaba, especialmente cuando se hacía de noche, recuerdo haber pasado muy cerca de varios afortunadamente hasta el día de hoy todavía no he sufrido ningún tipo de accidente onírico, solo algunos sustos. Sin duda fue el período de mi vida que más he volado, ahora con más dominio puedo hacer otras cosas.

Existe un libro de Thomas Yuschak “Advanced lucid dreaming: the power of supplements”, en el que se detallan varios suplementos naturales que ayudan a tener sueños lúcidos.  Según mi experiencia, uno de los mejores “alucinógenos  naturales” para obtener sueños lucidos es la ayahuasca, de acuerdo a Norman et al. (1997) esta planta que aumenta la visión imaginativa. Hace algunos años atrás en Rio de Janeiro, conocí a un coterráneo antropólogo que me  invitó a una ceremonia religiosa de iniciación para el solsticio de invierno, a su parecer era la verdadera religión. Vestidos de blanco llegamos al templo en lo alto de un cerro rodeado de floresta. Un grupo de pastores nos dio las indicaciones, los hombres debían estar separados de mujeres bailando toda la noche en posiciones definidas, mientras se bebía ayahuasca y se cantaban himnos sagrados. En esa oportunidad no entré en trance lúcido, ya que estaba pendiente de saber que pasaba, entonces me dediqué a ver los textos en portugués para descifrar los cantos, en ellos se pedía a Dios el perdón de los pecados. Imaginablemente, al finalizar la ceremonia, todos (menos yo) aseguraban haber visto a Dios, gritando de euforia porque sus pecados habían sido perdonados. A mi parecer, se trata de una inducción masiva a un sueño lúcido, donde los convocantes inician a muchas personas en su religión, luego de haberles mostrado lo que les indujeron ver.

Luego de esta vivencia, pensé que debería viajar a la Amazonía a tomar ayahuasca con un chamán y vivir una experiencia interior pero sin sugestión ni inducción de ningún tipo. Es así como surgió inmediatamente un trabajo en el Perú, el que finalice en la mitad del tiempo estimado y tomé un avión a Iquitos. En el hotel tenían el contacto con indígenas de un poblado de Pacaya Samiria donde había un chamán y que distaba de ser un lodge para turistas, claro que se necesitaba un mínimo de 3 personas, entonces convencí a un par de australianos quienes se animaron en participar. Luego de un día de viaje por el Marañon, llegamos al poblado. Con uno de ellos, solicitamos una ceremonia de ayahuasca, la que se efectuó  en la noche con un chamán que nos dio la bebida mientras agitaba unas ramas sobre nuestras cabezas, exhalando humo de tabaco y repitiendo mantras en su lengua. Luego caí en un estado de ensoñación donde podía ver claramente, en este conocí a mi abuela paterna y mi abuelo materno (muertos antes de mi nacimiento), pude sentir el sufrimiento de sus vidas recién pasadas, a pesar de ser el lado luminoso de la vidas de mis padres, ellos vivieron toda una vida de tortura y el dolor junto a sus terribles cónyuges, sin nunca liberarse. Fue así como en esta velada Héctor y Flora se conocieron en su nieta, disipándose todo dolor y emergiendo una ola de felicidad y gratitud a la vida. 


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